En el último pleno de ayuntamiento de Cartagena sucedió algo impropio de una corporación de este siglo en relación al tema de la defensa de la mujer, de la que en breves días se iba a celebrar a nivel mundial el Día de La Mujer. De verdad que iba a dejar pasar el tema porque los personajes que intervienen en esta historia vergonzosa se definen por sus hechos y dichos.
Pero visto lo visto, en la entrega de unos premios a la mujer por el PSOE de Cartagena por el trabajos y dedicación de las premiadas, más que merecidos por lo que sé y por lo que se dijo en ese acto, hace que me plantee callarme o criticar lo visto y oído en el último pleno cartagenero.
Ya casi al final, la Ilma. Alcaldesa, aún sabiendo que la única concejala de Sí Cartagena se tuvo que ausentar, la llamó de forma socarrona para que planteara su pregunta. Ni que decir tiene que en otras ocasiones se salta el turno hasta que la indicada se encuentre en la sala. Mal, Sra. Arroyo.

Pero no está ahí la actuación poco edificante del pleno. Llegado el momento, la concejala del PSOE, Sra. Andreu, entre risas hace el gesto de buscar debajo de la silla por si allí estuviera, y a continuación la Ilma. Alcaldesa continúa con los mismos gestos, y aumentados, haciendo ademán de buscar a la que en la anterior legislatura fue compañera de gobierno al frente del Ayto., y a la que le costó su expulsión del PSOE, partido al que ofreció dos legislaturas con gobiernos socialistas. Así le pagaron y así siguen. Lo del comentario del Sr. Soto, concejal del PSOE, clamando: “Señora Castejón, hable” es de juzgado de guardia. Ellos mismos se autocalifican.

Y este es el preámbulo, largo y lo siento, de la pregunta que voy a plantear a continuación: ¿Cómo puede ser que a una mujer, que se ríe, se mofa y trata de ridiculizar a otra mujer, le ofrezcan el honor de hacer la presentación de una de las premiadas, dejando en la sala un discurso plenamente feminista pero con un tufo de falsedad y de frases manidas, sin fondo creíble después de haber visto su actitud para con otra mujer, a la que por cierto, no le llega a la altura de los zapatos? No tiene ella toda la culpa, no.
Lo del Sr. Soto, desde luego que me sorprendió. No lo esperaba de él pero como dice la canción: “La vida te da sorpresas”.
Pero como final, lo de la Sra. Arroyo es otra mas de sus salidas de tono, creer que los plenos son ella y su persona, interviniendo a su antojo, saliendo en defensa de sus concejales cuando pierden el debate y de mirar el móvil durante los plenos, como se descubrió claramente en el último. A eso ya nos estamos acostumbrando, pero que le siga el juego a alguien que trata de ridiculizar a un miembro de pleno municipal, ¿Cómo calificamos eso?
Jose A., militante de SÍ CARTAGENA.